Ocho años llevo contando la historia del concepto Web2.0 en mis clases de informática. La Web1.0, una web en la que el usuario era mero espectador se transformó en una nueva versión, la 2.0, en la que el usuario ponía su voz y convertía Internet en una conversación.
Hasta ahora...
Llevo ya un par de años observando cómo aquella web que se llenó de gente opinando y aportando está volviendo a ser una televisión más. Ha cambiado el medio, pero volvemos a un modelo de puro broadcasting en el que el usuario usa, cada vez más, servicios repletos de revistas online, servicios en los que otros curan contenidos para ser consumidos por la gran mayoría.
Es una web llena de stalkers, lurkers o, simplemente, espectadores, que lo más que participan es dando a un like o haciendo un retweet de lo que otros publican.
Preguntad a nuestros jóvenes, a esos supuestos Nativos Digitales, Millenials o como queramos llamarles, supuestos creadores de contenidos y motivados por participar. Yo lo hago y esta es más o menos la respuesta.
"¿Cuántos tenéis Twitter?", y la respuesta es que menos del 10 por ciento lo tiene. "Y de los que lo tenéis, ¿cuántos tuiteais contenidos propios?". Uno, a lo sumo, es la respuesta. La proporción de usuarios de Instagram crece si haces la pregunta, pero no ante la segunda: sólo unos pocos publican realmente contenidos (fotos en este caso). Casi todos cotillean, le dan al corazoncito... o ni siquiera eso.
Su consumo es puro broadcasting, son meros espectadores, se pasan la vida siendo lectores de esas revistas de tontadicas, fotos bonitas, mensajes motivadores o como hacer muffins o cupcakes.
Y si hablamos de población adulta, algunos ya dentro de la categoría, por nacimiento, de nativos digitales, el comportamiento es similar. Cierto es que no me apoyo en ningún estudio riguroso de esos de "la Universidad de Wisconsin", pero lo que observo en mi perfil de Facebook, por ejemplo, es significativo.
Cada vez más, mi muro es un sin fin de noticias de medios y periódicos tradicionales que han invadido las redes sociales, y cada vez menos publicaciones de mis "amigos" en la red. Y no es que la gente no esté, es que no publican y sólo curiosean. Y lo sabes por que cuando te reúnes en el mundo off-line con los que sí son amigos te dicen "ya leí lo que pusiste", o "qué buena la noticia que enlazaste y el comentario". Y lo sorprendente es que la mayoría de los que me lo dicen ni siquiera le dieron al 'like' en la red, sólo lo leyeron. Ni así participan...
Mi sensación es que esa Web2.0, como web social y de conversación, está desapareciendo, y no se si es bueno ni si es malo. Simplemente es una evolución (o un retroceso). Quizás, como dicen, es que el futuro será otro, un futuro en el que la conversación no será entre personas, sino sólo entre máquinas, con esa IoT que parece estar llegando. Un futuro en el que los medios de comunicación vuelvan a ser lo que fueron, derrotando al amateur que tanto miedo le daba a autores como Andrew Keen.
Un futuro no se si mejor o peor, pero distinto.
Un futuro no se si mejor o peor, pero distinto.