viernes, 28 de agosto de 2009

¿Somos ignorantes?


Siguiendo con la tónica de este verano (que me está resultando fructífero en lo que a lecturas atrasadas se refiere) os dejo un resumen de otro de los libros que me he leido.

La Sociedad de la Ignorancia está formado por tres ensayos, el primero de los cuales lleva por título el del libro y los dos siguientes, de manera similar a éste, llevan los títulos La Sociedad del Desconocimiento y La Sociedad de la Incultura. Sus autores Antoni Brey, Daniel Innerarity y Gonçal Mayos, respectivamente, profundizan en las bondades, riesgos y perjuicios (casi más en estos dos últimos) de la sociedad que la web2.0 y sus herramientas de comunicación están creando.

En la introducción a los tres ensayos, Antoni Brey, presenta el momento actual como un momento de cambio. Éste se hace patente considerando dos criterios claros, tal y como enuncia el autor: "nuestra capacidad como especie para cambiar nuestro entorno y la manera en que nos comunicamos de forma simbólica". Ambos son evidentes en nuestro tiempo. En el primero caso, las nuevas tecnologías de la información han provocado un cambio social y "un nuevo modo de de interpretar la realidad". En el segundo caso, también son evidentes profundos cambios en como transmitimos y nos comunicamos unos con otros, proceso en el cual la web es, actualmente, una herramienta fundamental.

Continúa el autor, en el primer ensayo de la obra y el más extenso de los tres que la componen, presentando una sociedad mercantilista en el tratamiento de la información y el conocimiento que de ella puede generarse. El autor se detiene en el análisis de ese concepto fundamental, conocimiento, producto que se persigue y para el que no se tiene un modelo claro de "negocio". Distingue, entre conocimiento y saber, considerando éste último como cualquier compendio de información organizado por el ser humano del que, mediante procesos de estudio y reflexión, puede extraerse el conocimiento.

Y esta distinción es la que permite al autor denominar a la sociedad actual, en primera instancia, Sociedad de los Saberes Productivos mejor que Sociedad del Conocimiento. Señala, además, el riesgo de no alcanzar nunca este último modelo de sociedad perseguido debido a la Infoxicación que sufrimos y la incapacidad del ser humano, como individuo, de procesar tal cantidad de información.

Con todo, el autor manifiesta sus dudas ante el medio, la Red, para generar conocimiento real o si, por el contrario, nos convierte en individuos superfluos en los razonamientos e "incapaces de concentrarse en un texto de más de cuatro páginas". Nos conduce, en definitiva, hacia una Sociedad de la Ignorancia, en la que la misma se acepta como tal e incluso se ensalza. Una sociedad en la que no falta expertos productivos en algún campo que la sociedad consumista demanda, pero de la que están desapareciendo los sabios con una visión global de la sociedad y de hacia donde va el ser humano.

En este escenario, señala el autor, los riesgos con los que nos enfrentamos son tres. El primero, el riesgo social de la brecha digital señalada por muchos autores. La segregación en clases incapaces de asumir estos nuevos desarrollos tecnológicos o sin posibilidad de disponer de los mismos frente a los nativos digitales reales, con acceso y dominio de las nuevas tecnologías. El segundo, el riesgo comentado de que la exaltación y normalidad de la ignorancia nos deje sin armas para enfrentarnos a retos cruciales que aparezcan en la natural evolución de la sociedad y el comportamiento humano. Y, finalmente, el tercer riesgo refiere a la consideración de la figura individual, del individuo, con dos vertientes extremas. Por un lado, que el individuo quede oculto en esa masa ignorante y, por otro, radicalmente opuesto, la exaltación del individualismo, aisladoo en la red, pero con el poder que le otorgan las herramientas sociales y su "potencialidad teórica de amplificar cualquier mensaje".

En el segundo ensayo, La Sociedad del Desconocimiento, reflexiona acerca de la sociedad que se ha planteado en el primero, desde el punto de vista del riesgo que hemos de asumir debido la inseguridad sobre el futuro hacia el que vamos. La Sociedad del conocimiento (o de la Ignorancia) afecta al poder, al estar el saber más repartido y descentralizado. El poder queda debilitado e incluso desautorizado. Y esta multitud de voces, en lugar de aumentar las certezas, generan multitud de opiniones y provocan, por tanto, mayor inseguridad. El futuro debe afrontar nuevas formas de obtención de conocimiento de manera colaborativa y métodos de gestión de la incertidumbre que permitan hacer avanzar a la sociedad.

El tercer y último ensayo, La Sociedad de la Incultura, es quizás el más crítico o, si se le da crédito, demoledor. La sociedad de expertos planteada por Brey, pero cada vez más carentes de "sabios" y la sociedad del Desconocimiento, plena de incertidumbres y sin saberes ciertos e inmutables, puede generar una sociedad inculta en aquellos saberes generales que pudieran hacer a las personas que la forman ciudadanos competentes en su vida. Llega incluso a plantearse la capacidad de la sociedad para tomar decisiones democráticas. Insiste en la incapacidad del individuo de absorver la cantidad de información actual, crecimiento que sigue una ley similar a la de Malthus acerca de la producción de alimentos y el crecimiento de la población humana. Esta velocidad en la generación de información lleva al ciudadano a la incultura a través de su obsolescencia, incapaz de seguir el ritmo del saber. Sólo la especialización, la sociedad de los expertos, puede mantenerse, pero "abocados a lo que los griegos clásicos llamaban idiotez o, al menos, una notable ceguera respecto al conjunto del mundo, de lo humano y de las necesidades globales de hoy".

Un compendio de tres ensayos muy críticos con esa faceta de nuestro tiempo que es la cultura alrededor de la red y las nuevas tecnologías, pero fundamentales para provocar procesos de reflexión que, como dicen los autores, son tan escasos en estos días d ela Sociedad de la Información.


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