miércoles, 22 de julio de 2009

Otra visión de la web


El ensayo "El mundo a través de una pantalla", del periodista Lee Siegel, es una visión ácida de la cultura y sociedad que Internet está creando. El título en inglés, '''Against the machine''', deja mucho más claras las intenciones que su traducción al español. En la introducción ya fija el tono de lo que será el resto del libro, contanto su experiencia como escritor del blog cultural del diario The New Republic Online, en el que tratando de responder a críticas de sus escritos carentes de netiqueta, se creo un personaje, "sprezzatura", para responder en sus mismos términos. Según explica en el libro, lo que a unos les era permitido (los trolls que inundaban el blog de insultos y descalificaciones) fue descubierto en su personaje y le valió el despido, además de las críticas de toda la blogosfera.
En el inicio del libro trata de presentar una postura no "del todo" contraria a Internet, y escribe

"Todo aquel que piense que la innovación tecnológica es dañina por sí misma es un chiflado carente de imaginación (...) Pero cualquiera que niegue que la tecnología tiene el potencial para perjudicarnos si no se emplea debidamente, es un artificioso o un ingenuo."

Y esta última frase marca el relato del libro, aumentando bastante el tono a medida que se lee en remarcar los peligros y problemas que quedan ocultos bajo el entusiasmo de otras visiones de la revolución social creada por la web.

Lo cierto es que relativizando la agresividad que muestra a lo largo de todo el libro, las tesis que mantiene y defiende son observables (en mayor o menor medida) en la sociedad actual. Lo que escribo a continuación son algunas de las opiniones u observaciones que hace el autor en este libro.

Internet lleva a una sociedad que permite el "acceso" y la "elección" a y sobre casi cualquier cosa. Tenemos acceso a cualquier producto o información de manera casi inmediata y podemos elegir entre esa gran variedad. Eso es bueno, si no fuese porque, en ocasiones, la interpretación es que '''lo quiero todo y ya'''.

Además, la web2.0 ha hecho posible que cualquiera pueda expresarse en Internet, lo cual también sería bueno, si no fuera porque la realidad es que en la blogosfera aparecen quizás demasiadas voces, muchas de ellas alejadas de una mínima netiqueta (o incluso, siempre según el autor, formación intelectual necesaria... tesis muy cercana a la de Andrew Keen y su "Culto del Aficionado" que, sorprendentemente, no nombra en el libro). Y ¡ay! de quien se atreve a oponerse a esas voces, que es rápidamente desprestigiado y convertido en contrario al progreso.

Internet ha hecho que nuestros momentos de ocio se conviertan en negocio. Incluso los personajes que controlan el mundo de la web son bohemios, intelectuales, típicos frikis, geeks, reconvertidos a hombres de negocio que han hecho de su afición un trabajo. Y, según Siegel, todos estamos haciendo lo mismo.Cuando navegamos, si escribimos en un blog, si usamos las herramientas web2.0, si vendemos o compramos en eBay, usamos lo que antes eran momentos de ocio para seguir haciendo, en cierta manera, negocio.

O para autoexpresarnos; para intentar hacernos famosos en Internet con un video de youtube, con un blog, con comentarios en la web,... Y lo que parecería una semilla de originalidad y nuevas manifestaciones culturales (alcanzar, por fin, el sueño de que la cultura sea cosa de las masas) no hace sino uniformar aún más cualquier tipo de expresión cultural, pues debe seguir los cánones habituales y conocidos para triunfar. Según Siegel, es el triunfo de la imitación y la muerte de la originalidad.

Y para acabar, arremete contra el propio net-individuo o, como él llama, el Homo Interneticus, y finaliza el libro con el siguiente párrafo demoledor:

"Hay una sola persona en el mundo que se conecta con nosotros de forma completa, antiséptica y sin miedo a ser valorada o rechazada. Es alguien que se encuentra en el mismísimo corazón de nuestros deseos para conseguir la comodidad. Está al otro extremo de nuestras muñecas y dedos. Cuanto menos necesite la presenca real de la otra gente, más dependerá de los bienes y servicios para que le hagan compañía y pueblen su asilamiento. Cuanto más entretenido y concurrido se encuentre en su aislamiento, más medirá a la gente por su capacidad de complacerlo o gratificarlo sin que le confronten, pues el único semblante que podrá aguantar es el suyo propio."

El libro es muy crítico, pero no está mal leer lecturas tan contrarias a la corriente actual de entusiasmo para bajarnos un poco al mundo real. Aunque en este caso sea, como digo, tan pesimista.

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