miércoles, 11 de junio de 2008

Perseguir antes que educar

Leo la noticia La Eurocámara sienta las bases para regular los blogs en la edición digital de El Pais y me vuelve a la cabeza lo de siempre: es más fácil perseguir que educar.

Lo pedido no dejan de ser una recomendación y la jurisprudencia de cada país es la que sienta las bases para la regulación de todo este pequeño gran follón que constituye Internet. Pero lo preocupante es la tendencia. Ante la posibilidad de desinformación, contrainformación, difamación y demás tropelias que puedan hacerse con la palabra (hablada o escrita), se ofrece la persecución, cuando la educación digital (y sin digital, la buena educación) bastaría para evitar problemas.

Como decía aquel: lee; lee más; (añado) lee aún más; y cuéntalo.

Y es lo que debemos decirles a nuestros alumnos, a nuestros hijos, a nuestros amigos: si encuentras algo, búscalo en más sitios. Contrasta, verifica las fuentes, quién lo ha dicho. Si alguien no firma, no te fías. No es necesario que nadie me lo recomiende, ya lo hacemos en la vida real. No es necesario que nadie regule ni persiga una opinión que no está firmada, el ser humano se autoregula. Y si alguien no lo hace, enséñale a hacerlo.

Y si la sociedad entera no lo hace (de lo que por desgracia, hay algunos ejemplos) no lo persigas, piensa por qué está pasando y arréglalo... educando.

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