viernes, 30 de mayo de 2008

Vinton Cerf, Doctor honoris Causa por la Universidad de Zaragoza

He estado esta mañana en la investidura como Doctores Honoris Causa por la Universidad de Zaragoza de Vinton Cerf y Richard Schrock, matemático reconvertido al mundo de la tecnología, el primero, químico desde niño y premio Nobel de Química de mayor, el segundo.

Oyéndoles en su discurso de investidura y viendo, después, sus evoluciones en el picoteo de rigor de todos estos actos, se da uno cuenta de porqué algunos se convierten en grandes hombres. El profesor Schrock, guiñándole un ojo cariñoso a su esposa en medio de un acto tan protocolario como el vivido y el profesor Cerf, con esa forma de hablar tan propia y muchas veces criticada del caracter americano, haciéndote sentir que te habla como si te conociese de toda la vida.

Ambos dos tuvieron ayer su momento en la Universidad de Zaragoza para acercarse a aquellos que trabajan en su campo. En el CPS, el profesor Vinton Cerf, se acercó a profesores y alumnos para dar su visión de lo actual y futuro de Internet y lo que le rodea. En la Facultad de Ciencias, el profesor Richard Schrock participó en la Jornada "Frontiers in Homogeneous Catalysis" organizada por el Instituto de Catálisis Homogénea.

La charla del profesor Vinton Cerf está ya accesible en Internet y en el blog Reflexiones e Irreflexiones, de Fernando Tricas, pueden encontrarse varias referencias a otros lugares en los que se comenta la misma.

Yo no pude asistir y, por lo que me han comentado esta mañana, uno no se puede fiar de algunas reseñas de la charla escritas por algunos periódicos así que recomiendo las entradas de primera mano anteriores y el visionado del video.

Entre muchas de las cosas que dijo, me gustaría comentar una que aparece casi al final del video (que imagino fue también el final de la charla) porque es algo recurrente alrededor del fenómeno Internet y que fue ya motivo de otra entrada, aunque desde otra perspectiva, de este blog: la demonización de Internet.

Internet es una herramienta poderosa que, como tal, puede ser usada para grandes cosas, pero también para grandes males. Ante esta situación, y con el criterio que caracteriza a las grandes personas, la postura siempre es prudente y razonada: no demonicemos por que existan peligros en el uso de una tecnología, aprendamos a hacerlo bien. Demonizar es mucho más sencillo y hay muchos ejemplos. Hace poco leí el libro Pangea: ciberespacio, blogs y velocidad en el nuevo milenio, y, al acabarlo te queda un regusto de miedo y suspicacia. Son ciertas muchas de las cosas que allí se dicen, no lo niego. Una pequeña muestra es la idea tan extendida de que "si algo no está en Internet no existe" o, similar, "...esto es cierto. Lo pone en Internet". Ejemplos como estos son tema recurrente en conversaciones entre docentes (de hecho, no hace pocos días la tuve en un curso del ICE). También existen las posturas del tipo conspiratorio en las que grupos de poder son los que realmente controlan Internet y "nos guían" hacia los usos que ellos deciden que hagamos de todas las poderosas herramientas W2.0 que lo poblan.

Yo prefiero la postura optimista, amable, incluso afable y bonachona que, a riesgo de excederme en la familiaridad, parece desprenderse de la forma de hablar del profesor Cerf. Internet y todo lo que hay en ella (¿él?) es una gran herramienta que, bien usada, puede aportar grandes beneficios en cualquier campo donde tenga aplicación. Y uno de esos campos, que duda cabe, es el educativo.

La noción Universidad2.0 no me parece, por ello, descabellada y es por ello que, en la medida de lo que pueda, seguiré trabajando por convecerme y convencer a quien esté interesado en ello de que el espíritu y las herramientas 2.0 pueden ser una gran ayuda para esa modernización de las estructuras educativas que desde hace tanto tiempo parece que demanda la sociedad.

El camino será mucho más fácil si tenemos gigantes como Vinton Cerf y Richard Schrock sobre cuyos hombros podamos subirnos para avanzar.

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