Como he dicho en la entrada anterior, la mesa redonda de tema "Tendencias y visiones de las TIC y el Comercio Electrónico", desarrollada en la última jornada de las JCEL08 ha tenido un final interesante cuando se ha planteado la discusión enterna que da título a esta entrada "Universidad-empresa: ni contigo ni sin tí".
Lo cierto es que el debate ha surgido de una, en mi opinión, algo beligerante pregunta del moderador a la parte más empresarial de la mesa, Juan Domingo, Director de Tecnología de Productos de TB-Solutions.
La pregunta exacta no soy capaz de reproducirla pero ha desembocado en el típico rifi-rafe (educado y 'polite', que la cosa no era para llegar a mayores...) con los argumentos "la empresa debe arriegarse más"..."¿no nos arriesgamos bastante? Sois vosotros los que tenéis que darnos soluciones reales...", etc, etc... es decir, casi todos los tópicos de la discusión que llevamos años oyendo.
Por mi parte no he podido resistirme ha intervenir y señalar que, en estos momentos, disponemos de una oportunidad inmejorable para tratar de acercar posiciones. Y esta oportunidad nos la da el EEES (Espacio Europeo de Educación Superior).
Se están empezando a desarrollar a nuestro alrededor los nuevos Grados (Titulaciones) obligados por el horizonte legal límite del año 2010. El proceso de creación de los nuevos Grados debe comenzar por definir las competencias profesionales con que debe formar cada uno de ellos a sus alumnos. Dicho de otra forma, el mundo Universitario, de la mano de la empresa, debe ser capaz de definir que es ser médico, ser abogado, ser ingeniero informático... pero también ser filósofo o matemático. No es fácil en muchos casos, los ejemplos escogidos son una simplificación, pero lo importante es no perder la perspectiva de que cada Grado debe saber qué tipo de profesionales quiere o debe formar y porqué.
Una vez establecidas y claras esas competencias uno puede empezar a marcarse objetivos formativos y los contenidos apropiados para alcanzar dichos objetivos que aseguren las competencias definidas.
Ese es el camino, explicado de una manera muy breve y simplista, pero es ese y no otro.
Además, y aquí creo que está uno de los mayores desafios de este proceso, definir que es ser un determinado profesional implica no sólo conocimientos en su área específica sino también habilidades tanto personales, como sociales o profesionales. Es decir, que los grados formen a los futuros profesionales en actitudes, ética, organización, autonomía, interés, motivación... ante el desarrollo de una profesión. Y eso implica un cambio impresionante de actitud y metodología educativa POR PARTE DEL PROFESORADO para conseguir la reacción de nuestros clientes: los futuros alumnos.
Hay muchos profesores convencidos y comprometidos con este proceso. Pero también muchos otros que prefieren verlo como, simplemente, un cambio de planes de estudio. Soy de naturaleza optimista y espero que, si bien no todo, el proceso sirva para mejorar algunas de las cosas que ahora mismo no están nada bien.
El futuro nos dirá.
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